Verdaderos luceros
a mi encuentro
apoyado en el
vientre de tu cuerpo
contemplándoles
aferrado
a tus caderas
aguardando en
silencio
respetando
tus
ojitos adormilados
les contemplo
te contemplo
extasiado
un alucinógeno para
mis sentidos
deseo
permanente
locura por besarlos
locura por besarte
despacio muy
despacio
locura por tocarte
locura por amarte
por lamer cada
centímetro de tu piel
coronando aquel
capullo
de
mil caricias y besos
sin separarme por
más nada de ti
ningún centímetro de tu cuerpo.